Dolelin de la Real 5 cademia Gallega 179
de l?s peri?dicos santiagueses quedan innumerables artfculos suyos
que son prueba de su estilo elegante y de su dicci?n exquisita.
Y cuando juzgaba alguna obra literaria, pon?a tanta magnani
midad en su pluma y tanta benevolencia en sus juicios, que aun
queriendo ser severo resultaba afable, y aun pretendiendo censu
rar parecia efusivo.
Con la muerte de este gallego ilustre y bondadoso, Galicia
pierde uno de sus hijos m?s preclaros, y la Academia Gallega
uno de sus miembros m?s dignos de eterna recordaci?n. Descanse
en paz el inolvidable maestro y amigo, y sean para su distinguida
familia las expresiones de nuestro p?same m?s sentido.
Vidas tan cristalinas como la de D. Juan Barcia Caballero,
que no supo jam?s de recovecos, ni record() otros caminos que
los de la verdad, del deber y de la rectitud, merecen ser recom
pensadas con el galard?n de la suma felicidad en la eterna man
si?n de los justos y de los limpios de esp?ritu.
DON GALO SALINAS RODR?GUEZ
Falleci? en la Corufia este benem?rito gallego, escritor no
table y veterano periodista, que en la Prensa local tanto labor?
hace algunos a??os por el progreso cultural y material de nues
tra tierra.
Don Galo Salinas Rodriguez era correspondiente de nu?stra.
Real Academia, de la que fu? adem?s el primer Bibliotecario,
cargo que desempe?l? hasta que tuvo que ausentarse para Madrid,
con motivo de haber sido nombrado Canciller del Consulado ge
neral de la Rep?blica Oriental del Uruguay en la villa y Corte.
Mientras permaneci? en la Coru??a fund? y dirigi? la Revista
Gallega, de la que ha sido alma y vida y en la que colaboraban los
m?s distinguidos literatos de Galicia. Escribi? adem?s en nuestra
lengua varias obras teatrales, entre ellas A Torre de Peito Burdelo,
?Final y Bodas de ouro, algunas de las cuales fueron represen
tadas con ?xito, mereciendo otras ser premiadas en p?blicos cer
t?menes. Public() tambi?n muchas poes?as gallegas y castellanas,
y en un interesante volumen di? a luz una leyenda en verso, titu
lada A mitra de ferro ardente.
Por el intenso y hondo carifto que nuestro querido amigo pro