36 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
tan justificado?? los m?ritos de Lulio., y ratific? su posici?n en cuan
to al Arte magna, ?dentro de la cual ?dice??(y conviene no olvidar
'esto) contengo y he contenido siempre mi censura. D?jole y siempre
he dejado a salvo su santidad, su martirio y su. culto?.
?Qu? contiene, en suma, el Arte magna, para suscitar tan vigoro
sas pol?micas? Quienes combatieron sus declaraciones se limitaron a
discurrir sobre su objeto, que, a su parecer, como el del P. Feij?o, se
dirigi? a buscar par varios ambages aquella que sin arte ni fatiga, en
una simple inspecci?n, se presenta al entendimiento, seg?n expresi?n
de Eusebio Amor en su Filosof?a. (V?ase Cartas eruditas sobre Rai
mundo Lulio).
En resumen: no se impugna lo fundamental de la Filosof?a lulis
ta, sino simplemente se discute sobre el valor de los diagramas expli
cativos de dif?cil interpretaci?n y que merecieron ?spero comentario al
conocido escritor y pol?tico Saavedra Fajardo. ?
Pudieron las curiosos lectores comprobar por s? mismos la extra?a"
f?rmula de tales diagramas en cualquier diccionario enciclop?dico,
? como por 'ejemplo el tan conocido ?EspasaCalpe r. En todo tiempo se
ha discutido sobre el valor y significaci?n de fil?sofos, figuras cum
bres del saber y de la santidad, como Santo Tom?s y San Agust?n,
sin incurrir por ello en pecado de herej?a.
Quede, pues, siempre a salvo la expl?cita y reiterada confesi?n
del P. Feij?o; su tan discutido juicio se limit? exclusivamente a su ci
tada obra ?motivo en su tiemyo y posteriores de diversas observa
ciones? titulada Arte magna, respetando la santidad de su autor.
?C?mo no admirar esos magn?ficos estudios, alto honor de la biblio
graf?a cristiana, que se titularon Llibre del Orde de Cavalleria, Llibre
del gentil, F?lix de les meravelles del m?n y tantos otros que la
Editorial Cat?lica comprende en sus recientes publicaciones para pro
paganda de las doctrinas de Lulio?
Con raz?n, las m?s elevadas autoridades de la Iglesia y del Es
tado proclamaron yen su tiempo la consagraci?n del famoso pol?grafo,
gloria de su Religi?n y de su Patria, el P. Feij?o.
Men?ndez Pelayo ?tan profundamente cat?lico? ha mantenido
la vindicaci?n de la ortodoxia del autor del Teatro cr?tico, consider?n
dolo colmo apologista cat?lico, y ?se es el fallo ya definitivo, antici
pado ante la Historia por las declaraciones de los censores eclesi?sti
cas de la vida y de la obra de nuestro insigne conterr?neo.
CAP?TULO III
Feij?o juzgado en el extranjero
Se dir?, al anotar tan extraordinarios elogios de los censores,
hermanos espirituales del P. Feij?o, que son manifestaci?n apasionada
do quienes comulgaron con ?l en su doctrina y en su obra. De todos
modos ha de reconocerse que en una Orden como la benedictina, don