Bolet?n de la Real "kcademia Gallega 185
y de las casas, y esso se avia hecho, le diessen aviso dello para passar
adelante, pues solo el rio estava 'en medio, y entre tanto descansarian
los soldados, y se sabr?a mas de los intentos del enemigo. Lo mismo
dixo Alcega, mas Don Luys empe?ado en la obra, y enfadado de la
contradicion, le pregunt?: Que ?que gallina le avi? cantado al oydo? que
le siguiessen, que con veynte y cinco' soldados bastava para toda la China. .
Alcega respondi?: que gallos eran los que el sol?a oyr tan briosos como
?l, pero que mirasse lo que' hazia. Y aunque el Padre Farf?n, Agustino,
persuadi? tambien a Don Luys con encarecimiento, poniendose de ro
dillas, que hiziesse lo que le pedian, y que no pasasse adelante, no se
pudo acabar con ?l. Antes aviendo ordenado a los Capitanes Gaspar
Perez y Pedro de Arceo, que se quedassen con algunos soldados en
ciertos puestos, salt? furioso, y comenz? a marchar, y todos le siguie
ron en alcance del enemigo. El cual av?a ya ganado el camino, y vinie
ron a dar con ?l cerca del fuerte, entre los pantanos, y esteros sonda
bles. Cefiialos una dehessa de yerva gruessa mas alta que un hombre, .
con algunas sendas estrechas, que con grande dificultad pod?an andar
por ellas dos personas juntas. Llegados al fuerte, se descubria algo mas
el campo. En este sitio empezaron a picar al enemigo en la retaguar
dia, el qual reconoziendo quan. pocos Espa?oles venian, que no passa
van de ciento y treynta, hizieron un cuerpo con dos puntas, en forma
de Medialuna, y se emboscaron entre la yerva. El cuerpo de la gente
march? la buelta de su fuerte, y saliendo los emboscados, tomaronen
medio a los nuestros. Y con palos agudos, con las catarlas, y otras
armas dieron sobre ellos, con tal rabia, que los bizieron pedazos. Halla
ronse morriones finos abollados de un palo. Contava tambien un mos
quetero, que servia a Don Luys, que carg? sobre ?l una tropa de San
gleyes: la qual, aviendole cercado, le d?? tal priessa, que lo molieron,
y quebraron las piernas. Ylue de rodillas pele? gran rato, hasta que
le desatinaron a palos, sin que le defendiesse un morrion fuerte. Al
Alferez Francisco de Rebolledo dexaron aturdido por muerto. Y avien
dose el enemigo retirado, se levant?, y pudo llegar abierta la cabeza, y
en la ciudad le curaron, y cont? grandes particularidades de aquel
miserable estrago. Escaparon tambien hasta treynta, y con ellos el
Padre Farf?n, que por yr en la retaguarda, y ser ligeros, se 'pudieron
librar. Quedaron all? Don Luys muerto a las manos que quitaron la
vida a su padre: el General Alcega, y Don Tomas Bravo, el Capitan
Cebrian de Madrid, y de todos los criados del Governador, qued? solo
uno. A los muertos cortaron los Sangleyes las cabezas, y enhastadas
por las narizes en las puntas de sus lanzas, las llevaron a presentar al