184 Bolet?n de. la Real Academia Gallega ,
ral de los sangleyes contra los espa?oles, hecho que tuvo lugar el 4 de
Octubre de 1603, d?a de San Francisco. ?
Advertido de vispera D. Luis de que a media legua de la ciudad,
en un ingenio de az?car, estaban reunidos muchos de los conjurados,
enter? del caso a D. Pedro de Acu?a, Capit?n General que sustituyera
a D. 'Francisco Tello, en Mayo del a?o anterior, el cual, no creyendo
en la gravedad de la situaci?n, procuraba atraer a los comprometidos
trat?ndolos con blandura.
Pero D. Luis, juzgando que la rebeli?n no se hab?a de aplacar por
medios suaves, sin? por duros castigos, avis? de nuevo al Gobernador
del riesgo que corr?a, aconsej?ndole que pusiese en todo mas cuidado,
especialmente en la capital, y que le mandase soldados para defender
el pueblo, pues tem?a que aquella noche fuese quemado por los san ? 4
gleyes.
Acu?a puso a las ?rdenes de D. Luis al General D. Juan de Alce
ga, y le envi? 20 hombres, sus propios criados y algunos vecinos, con
cuya gente pudo nuestro caballero guardar los puntos de mayor
peligro.
A la una de la misma noche se inici? el levantamiento, saliendo
del ingenio los conjurados, que empezaron por incendiar todos los edi
ficios y a degollar a cuantas personas halaban a su paso. Fueron luego
corri?ndose hacia Tondo, poblado habitado por indios a continuaci?n
del de Binondo, donde pusieron fuego a uno de sus barrios, mataron
muchas personas, quemaron vivas a otras y cometieron otros muchos
actos de salvajismo.
D. Luis solicit? mas gente del Gobernador, quien le mand? al ca
pit?n Gaspar P?rez con una compa??a. Este socorro aun le pareci? poco
a Das Maricas, y reclam? mayor n?mero de soldados. Acu?a entonces
le envi? otra compa??a y con ella a los capitanes Don Tom?s Bravo,
sobrino suyo, de 24 a?os de edad, que ya se hab?a distinguido en la
campa?a de Ternate, y Pedro de Arceo, soldado ,antiguo de Flandes.
Pero como los sublevados eran muchos, D. Lu?s pidi? una vez m?s
nuevos refuerzos. Antes de que ?stos llegasen vi?se forzado a atacar a
los chinos, y lo hizo tan valerosamente, que los derrot? por completo,
caus?ndoles 500 muertos y oblig?ndolos a salir de Tondo a toda prisa.
Prosigue Argensola y dice: ? Quiso Don Luys seguir al enemigo,
que se retirava a su suerte, y Don Tornas Bravo se 'lo procur? estorvar,
diziendole: que la gente estava cansada, y que saliendo del pueblo, era
todo pantanos y carrizales. Y que pues la orden del Governador era
para solo retirar de alli al enemigo, y evitar el incendio de la Iglesia,