BOLET?N ,DE LA REAL AGADI:UT A GALLEGA i I
Y, a prop?sito de Navarro; no',; dej a: de tener inter?s esta cu
riosa observaci?n que agrega Sabart?s : "Picasso recu?rda haber,
visto cu?dros de ? caballos pintados por dory Roman, ?nt:el, piso'
de la calle 'Llauder, de Barcelona, traspasado por don R?rn?n
a don Jose. Par?ce que el propietario de la casa ten?a obras del`
mencionado 'maestro coru??s". .
Como puede ir deduci?ndose tambi?n lleg? a s?r estrecha`la
amistad ?y la cam?rader?a? entre los dos profesores de Dibu
jo peninsularmente "ant?podas": el coru??s y el malague?o.
Y vamos, por fin, al retrato de don ll uii?n Perez ` Costales
pintado por el`ni?o de catorc? a?os, alumno de la Escuela de
Bellas Artes coru?esa,' Pablo Ruiz Picasso.
Respondiendo a una pregunta;m?a,; Sabart?s; exquisitamente
amable y comunicativo conmigo en toda ocasi?n, me hizo sa
'ber,' en su carta del 25 de mayo de 1955: "Pablo comenz? a . pin
tar., en efecto,' en La Coru?a. ?D?nde? En su casa, en la del
Dr. Perez Costales, en... (Como que yo no estaba y que ?l lo
olvid?...)"
No he tenido. la fortuna de admirar el primer retrato debido
a los pinceles de Picasso y he de limitarme a consider?rlo a la
vista de una excelente fotografia que Sabart?s tuvo la gentileza
de enviarme y que aqu? reproduzco.
A juzgar por el indumento hogare?o que luce el medico y
tribuno popular, este retrato, como el pintado por Vaamonde
y, quiz?, el realizado por Mel?ndez, debi? de ser ejecutado en el
domicilio del modelo. Viste el doctor una especie de chaquet?n
dom?stico . de abrigo, de grueso g?nero, y lleva el indispensable
cuello blanco, almidonado, de los se?ores de la ?poca, con una
corbata 'o lazo que apenas apunta sobre el cruce de las anchas
solapas. El tronco de don Ram?n descansa en el respaldo de una
butaca; respaldo bordeado ?de una moldura circular, al parecer
de eaoba oscura. La abundante cabellera blanca y el bigote y
las patillas a lo Emperador FranciscoJose de AustriaHungr?a,
tan peculiares en la fisonom?a del doctor Perez Costales, apare
cen sensiblemente menos cuidados que en el retrato heeho por
Pardo Reguera, nuevo s?ntoma de que el cuadro de Picasso fu?