216 Dolettn de 1a Real ,kcademia 6allega
a toda sugesti?n terrena, dejaria.de extremecerse de orgulloso placer, al
verse objeto de los.encendidos conceptos que al poeta inspira la hija del
renegado; al sentir brotar de labios de su amante y caer en en sus o?dos
esta espl?ndida cascada de brillantes flores?
S? que tu esbelto talle vence y supera
la esbeltez ondulante de la palmera;
que cuando t? sonries todo amanece ?
y todo cuando lloras lay! se entristece.
Si es verdad lo que dicen, cristiana m?a,
mientras t? no despiertas, el sol no aroma,
mientras t? no la cantas, no hay poes?a,
mientras t? no la riegas, la for no aroma.
S? que tu acento suave tiene murmullos
de hojas que el aura besa fresca y riente,
de nub adormecido quejas y arrullos,
cadencias y armon?as de agua corriente.
S? qu? tu aliento m?gico embriaga como
la esencia concentrada del cinamono;
que tu palabra limpia se paladea
como un panal dulelsimo de miel de Hiblea;
pues dicen que a tua labios, cual dos corales
por un hilo de nieve mal divididos,
como acuden los silfos a los rosales,
acuden las abejas a hacer sus nidos.
S? que tu tez, m?s blanca que el alabastro,
bajo tu crencha brilra con brillos de astro,
siendo sus resplandores fieles trasuntos
del de Sirio y la Luna cnando est?n juntos.
Y s? de un vii rabino que condenado
del Kor?n a las gehennas y las serpientes,
se libr? del infierno porque ha rezado
el rosario de perlas que hay en tus dientes.
Pero no s?lo la sensaci?n del color y del sonido; tambi?n la del pai
saje se percibe con prodigiosa claridad en la K?s?da ?rabe. Old su estrofa
final, y decidme sino hace pasar ante vuestros ojos la visi?n luminosa y
solemne del desierto :
Mas ya mi dromedario su sed eterna
calm? en las ondas turbias de la cisterna,
y dilatando el ojo, con paso incierto
me sefiala la ruta por el desierto...
No puede detenerse mi caravana; 1
la noche se avecina, ya el sol no arde;
?Qu? la paz sea contigo, bella cristiana!
?Hija del renegado, que Alah to guarde!
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