BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
José Fontenla Leal
Buscaban ansiosos los ojos. Oprimían cada vez más las barandas las manos. La tierra iba dibujándose más clara; veíase el faro, casitas blancas, montes. Me miró Fontenla: estaba intensamente pálido. Llegábamos a la entrada de la Coruña. Seguía en su puesto Fontenla. Le miré nuevamente, y lloraba de dolor y alegría. Dolor, porque bien sabía que no encontraría familia ni conocidos; de alegría, por volver a verla. La ansiada. La Patria.
Cumpríase un soño tantas veces acariñado, de ser certo o que nos di A. Villar Ponte (1917b)
Cuarenta y tantos años pasaron desde su alejamiento de Galicia. Sin embargo ?contrastando con muchos otros de los que más vale no acordarse? nunca, luego de haber pisado tierra extraña, dejó de pensar, durante todas las horas del día y durante todos los años de su vida de ostracismo, en las cosas de la patria lejana. Diariamente, una vez encauzado en la lucha por la existencia, hacía este propósito que conculcaba a sus amigos: ?Estoy ahorrando para ir a dar una vuelta a la tierra...? Y ahorraba, en efecto, uno dos tres, cuatro días, ahorraba con fe, con decisión. Pero de pronto, al ver anunciada una obra gallega, literaria o musical, antigua o moderna, la adquiría loco de entusiasmo, y... adiós ahorros. Los ahorros se iban mas su biblioteca crecía. Los ahorros se le iban también en la compra de localidades para presenciar comedias, dramas de asunto regional. Fontenla tuvo y tiene la virtud ?algunos quizá le llamen vicio y de las dos maneras puede denominarse? del galleguismo. Este vicio o virtud han hecho de él un nuevo Sísifo. Siempre ahorrando para ir a Galicia y siempre, por amor a las cosas de Galicia, viéndose sin ahorros. Ya nadie creía en su viaje. Tal vez ni él mismo. ¿Y cómo iba a creer, sino es un comerciante, ni un industrial, ni un tabaquero, cuyos negocios pueden dar margen si sopla la fortuna, para enriquecerse, sino un trabajador manual? Por eso saciaba su sed de galleguismo leyendo los periódicos del terruño y agobiando a preguntas sobre nuestros progresos a cuantos paisanos procedentes de aquí se le ponían a tiro de conversación.
O paisano retornado temporalmente era saudado con cariño nas páxinas do boletín nacionalista A Nosa Terra, posiblemente pola pluma do propio Antón Villar Ponte (1917a)
Ven de representante do Centro Gallego da Habana na compaña dos restos de Chané. Poucas veces a gran colonia nosa de Cuba mandou un representante mais dino. Fontenla e un anaco de natureza gallega viva, no que callou unha vountade de ferro, ó servicio do enxebrismo.
Nº 362
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