José Fontenla Leal
BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
tre presidente acerca de la necesidad, tan sentida, de un buen léxico gallego, fué la pequeña causa. Publicado el trabajo en La Temporada, de Mondariz, reprodújolo en buena hora una revista de la Habana. El artículo encontró eco en las iniciativas de un buen gallego, de esfera modesta, pero de gran corazón: D. José Fontenla. Y las consecuencias ya las veis. Lo que no pudo conseguirse en Galicia a la disolución del Folklore gallego, lo consiguieron unos cuantos hijos, amantes de su tierra ausente, a los que el Sr. Fontenla supo transmitir su entusiasmo. Y lo que hasta lo de ahora se creyó ensueño irrealizable, es ya afortunada realidad.
Ao pouco de se constituír intalaron o domicilio social no número 70, 1º da rúa Riego de Agua, onde permanecerían ata o seu traslado, case quince anos despois, ao Pazo Municipal. O alugueiro, 70 pts., era un dos gastos fixos máis elevados aos que facer fronte. De feito, por falta de pagamento, foron ameazados varias veces de desafiuzamento.
O papel de Curros Curros, por estas datas semella estar vinculado ao proxecto académico, tal e como lle manifesta a Murguía en carta de 11 de xuño de 19058 (R. Villar Ponte 1953: 1011), se ben segue afastado da colonia. Dille que non vai ao ?Centro Gallego? e se o fai é
solamente para presidir las sesiones de la recién fundada sociedad, para establecer ahí la Academia Gallega, cuyo Reglamento está ya en el gobierno civil, andanza a la que me llevaron dos o tres gallegos entusiastas contra todo mi gusto, y empresa que abandonaré apenas vea asegurada la existencia de ella. [...] Volviendo a lo de la Academia, nuestro pensamiento es crearla en Galicia y sostenerla con fondos recaudados aquí. Acerca del punto, usted es el que ha de decidir... Nos dirigimos a usted, a Martínez Salazar, Ferreiro, Amor Ruibal, Cabeza de León, el gramático ciego de Santiago, Rodríguez y algún otro, indicándoles que constituyan la Academia dando representación a elementos iguales de las tres provincias, y procedan desde luego a formar el Diccionario de nuestra lengua, recoger cuantos cuentos, romances, monumentos, etc. etc., y a fundar un BoletínRevista, para todo lo cual harán un presupuesto en que incluirán gastos de local, escribiente, material, etc., y desde aquí se girará todo lo necesario para las atenciones. [...] Nuestra Sociedad Protectora de la Academia Gallega establecerá sucursales en las Repúblicas hispanoamericanas, a las cuales enviaremos invitaciones y nuestro Reglamento, por si quieren adoptarlo en las que se establezcan, y también establecerán en
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